Reducción de mamas

Reducción de Mamas

La hipertrofia mamaria es una afección caracterizada por un aumento del volumen de los senos por encima de sus proporciones normales. Estas hipertrofias pueden darse en la pubertad (hipertrofia virginal de la mama) y entre sus causas figura una hipersensibilidad a las hormonas femeninas. A pesar de que la piel en las mujeres jóvenes suele ser tónica, la aparición de esta patología acostumbra a provocar grietas (estrías). En la mujer adulta, la hipertrofia suele deberse a un aumento del tejido graso que invade la trama conjuntiva mamaria. Como consecuencia, la mama suele ser grande, dura, poco elástica y su vasculación precaria.

Estas hipertrofias mamarias llevan a la paciente a alterar su comportamiento social, condicionando el uso de ropas adecuadas, la práctica de deportes e incluso llegan a ocasionar importantes complejos, especialmente en las mujeres jóvenes. El sobrepeso que significa una mama hipertrófica conduce con frecuencia a trastornos funcionales como dolores de espalda o alteraciones en la posición de la columna vertebral, acentuadas por el hábito que suelen tener estas pacientes de adelantar los hombros para hacer retroceder el tórax y con ello disimular el tamaño de la mama.

La reducción de mamas o mamoplastia de reducción es una técnica quirúrgica que tiene como objetivo principal la modificación de la forma y tamaño de la mama para adecuarla a los requerimientos estéticos y funcionales de la paciente.

Procedimiento

Existen muchos procedimientos descritos pero, en síntesis, todos ellos persiguen dos objetivos fundamentales: elevar la areola y el pezón y reducir el tamaño de la mama, consiguiendo con ello un volumen, forma y turgencia lo más perfectos posible con unas cicatrices residuales disimuladas.

La elección de un modo u otro de intervención dependerá del volumen y características de la mama: altura del pezón, anchura del pedículo de implantación, su prolongación hacia la axila y la distancia que separa una mama de la otra en el centro. Según estas características, las incisiones podrían ser de dos tipos: una cicatriz alrededor de la areola mamaria más una vertical hasta el pliegue submamario o las dos anteriores más un cicatriz horizontal en el surco submamario, quedando una cicatriz en forma de T invertida que recorrería dicho surco. La cicatriz resultante es una fina línea que se disimula muy bien en el pliegue submamario y que es invisible en ropa interior o traje de baño.

A la salida del quirófano, llevará un vendaje adhesivo especial.

Hospitalización

La estancia postoperatoria es de 24 horas.

Recomendaciones preoperatorias

Como en todas las intervenciones quirúrgicas, el examen médico previo es imprescindible para detectar cualquier posible anomalía que pudiera contraindicar la operación. El doctor Valenza realizará una exploración de las mamas con el objetivo de evaluar la estructura y volumen y aconsejarle el procedimiento más conveniente para su caso.

Es importantísimo que, antes de la operación, el doctor esté informado de toda la medicación que toma. La Aspirina puede dar problemas de coagulación y consecuentemente hemorragias. Según qué medicamentos pueden ser contraproducentes para la aplicación de la anestesia. El doctor y el anestesista le indicarán la pauta a seguir.

Si usted es fumadora y va a someterse a una mamoplastia de reducción, deberá abstenerse de fumar durante al menos dos semanas antes y dos semanas después de la intervención.

Anestesia

La cirugía se realiza con anestesia general. Su duración dependerá de las características de la mama, pero suele llevar entre 2 y 3 horas.

Cuidados posteriores

Tras la operación deberá permanecer en la clínica 24 horas. A su salida, llevará un vendaje durante los 3 primeros días después de los cuales se le quitara y se reemplazara por un sujetador de deporte que deberá llevar durante 4 semanas. Probablemente tendrá algunos hematomas e hinchazón en la zona operada, y notará cierta sensación de tirantez y algunas molestias al mover los brazos que serán controladas por el tratamiento analgésico prescrito por el doctor.

Pasados cuatro o cinco días podrá hacer vida normal, a excepción de ejercicios que repercutan de modo directo en el pecho. El ejercicio físico puede efectuarse de manera progresiva y gradual a partir del primer mes.

Cuando la cicatriz es en T invertida, ésta ya tendrá su longitud y forma definitivas. Para prevenir que se deforme y lograr un mejor aspecto, es recomendable el uso durante largo tiempo de láminas de compresión, en la actualidad de silicona, que se llevan durante el día y se retiran por las noches, momento en el cual se realizará un masaje suave con cremas hidratantes y reconstituyentes.

Para poder valorar el resultado de una cicatriz, debemos dejar pasar varios meses. Si transcurrido ese tiempo presenta un aspecto rojizo o pigmentado, entonces podría tratarse con láser y en algunos casos con micropigmentación. El doctor le recomendará los productos y cuidados más adecuados para su caso particular.

Al igual que en el preoperatorio, insistimos en la gran importancia del cuidado de la piel puesto que será determinante en el futuro estético de la mama. Es recomendable no tomar el sol durante el primer mes y no ir a la sauna hasta pasados tres meses. No hay inconveniente en que viaje desde el día siguiente de la operación sin olvidar que durante la primera semana será citada para los controles postoperatorios. La normalidad total suele alcanzarse entre seis y nueve meses según el método quirúrgico seguido.

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